Las teorías sobre planes de dominación mundial más osadas pronostican la inserción de microchips dentro del cuerpo humano para mantener el control de la población. En Australia esto podría convertirse en un hecho en las futuras generaciones.
Científicos de la Universidad Monash, en Australia, desarrollaron el micromotor llamado 'Proteus', en honor al submarino de la novela 'Viaje Alucinante', de Isaac Asimov, en la que se miniaturizaba la nave y sus cinco tripulantes para tratar de curar a un científico con un inaccesible coágulo cerebral.
La idea es que el Proteus dirija a los catéteres que se usan para operaciones no invasivas y se pueda colocar en la parte delantera de los mismos, pudiendo desprenderse y navegar sólo por los canales más estrechos y laberínticos del cuerpo.
Para lograr esa función, uno de los puntos fuertes del chip es su alto nivel de miniaturización y para poder moverse, además de una cámara que le marca el camino y muestra las imágenes al especialista, se emplea un control remoto que activa al estator que, entre otras funciones, le permite vibrar y girar en espiral.
El diseño del estator, la parte fija de una máquina dentro de la que gira un rotor, de este chip es aproximadamente un 70% menor del micromotor, según lo revela el trabajo publicado en 'Journal of Micromechanics and Microengineering'.
Durante su desplazamiento el Proteus también va provisto, en su parte trasera, de un flagelo como el de la bacteria Escherichia Coli, que le ayuda a propulsarse.
La entrada de estos micro robots a las zonas más inaccesibles mejora la perspectiva del cirujano, debido a que contará con más información para tratar al paciente y con una nueva forma de intervenir de manera más segura sobre los problemas arteriales como en el caso de los coágulos.
La fuente energética del Proteus, creado por el equipo del profesor James Friend, es la piezoelectricidad, la misma que se emplea para lograr la llama de las cocinas de gas y los mecheros.
A la vez, otra noticia sobre chips en el cuerpo llega desde Australia, donde un académico llamado Michael G Michael, de la University of Wollongong's School of Information Systems and Technology dijo que todos los australianos podrían llegar a tener implantado un microchip de seguimiento e identificación en las próximas generaciones.
Hasta ahora estos chips están siendo usados en animales y pacientes con mal de Alzheimer. La compañía norteamericana VeriChip ya está usando estos microchips implantables que almacenan códigos de identificación de 16 dígitos en personas para fines médicos.
Según la vocero de la empresa, Allison Tomek, ellos están centrados en pacientes de alto riesgo y sus productos pueden identificar estos pacientes y su ficha médica para casos de emergencia. 'No sabemos si alguien en algún momento desarrollará microchips implantables con GPS pero no es una aplicación que nosotros preparemos', aclaró.
La noticia coincide llamativamente con ciertas teorías que recorren Internet acerca de las supuestas intenciones de control mundial que ejerce una elite dominante manejada por el clan Rockefeller con la intención de manejar los destinos de la humanidad.
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